octubre 10, 2011

¿PUEDO PERDER MI SALVACIÓN?

Impactante testimonio sobre la salvación del alma

Muchas son las cosas que los seres humanos necesitan hacer y son consideradas bien importantes por todos. Sin embargo al conocer el pensamiento de Dios y todo el contenido espiritual de la Biblia; descubrimos que lo más relevante y lo más importante es la salvación del alma.
Tan de suma importancia es, que todas las demás cosas pasan a segundo y tercer plano delante de Dios, como la salud, la educación, el bienestar personal, el trabajo, vivienda, logros personales, acumulación de riqueza, fama, éxito, etc. Todo llega a considerarse casi vano en comparación a la importancia tan grande que tiene la verdadera salvación.
Como el mismo Señor Jesús lo dijo:

“¿Qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?”
“¿O qué recompensa dará el hombre por su alma”? Mr 8/36 – 37
Entendiendo entonces que es realmente algo muy serio y trascendental no debemos restarle su valor y su importancia, bajándole el perfil, como casi siempre se hace.

Pongamos mucha atención a esta impactante revelación.

En aquel tiempo me encontraba lejos de la iglesia. No oraba ni leía la Biblia, sólo me mantenía en la fe íntima de mi corazón, esperando que algún día algo ocurra que solucione mi problema espiritual.

Al final de ese período de años, estando aún sin retornar a la casa de mi Dios, tuvo ocasión esta tremenda experiencia que jamás olvidaré.
De momento aparecí en un lugar muy arriba en las alturas de los cielos; donde no se veía absolutamente nada. Sólo me encontraba yo dentro de algo en el inmenso espacio vacío. Estando ahí me vi como acostada sobre ese algo, cuando de repente eso se comenzó a mover, antes yo alcancé a sentir por unos segundos una comodidad y descanso tan grande estando así. Pero sin embargo, al instante todo comenzó a cambiar. Lentamente aquello que me sostenía se abría y mi cuerpo ya estaba sólo en el aire. Inmediatamente me preguntaba aterrorizada qué era lo que me estaba pasando y porqué estaba a esa gigantesca altura.

Instantáneamente se me contestó:
- Yo estaba adentro de la mano de Dios y ahora había sido echada o abandonada de su mano. Por cuanto yo estaba lejos del camino de Dios y no estaba haciendo su voluntad.

Me llené de miedo y de espanto y una gran tristeza se apoderó de mi alma y alcancé a ver cuando una poderosa mano blanca muy grande se abrió y yo comencé a caer al vacío. Esa mano poco a poco se fue alejando hasta desaparecer en el aire.
Cuando me vi sola y supe que ya Dios no estaría más conmigo, una soledad inmensa lleno todo mi ser y se apodero un gran dolor dentro de mi; tan fuerte que me dolía cada centímetro de mi alma, era un dolor y un tormento espiritual tan, pero tan grande, que parecía como si todo mi cuerpo hubiera sido clavado con miles de agujas, que me traspasaban hasta el alma, yo creía que ese dolor no lo iba a soportar.
Pero lo seguía sintiendo con tal fuerza que solo podía pensar lo terrible que era estar sin la misericordia de Dios y bajo su justicia de juicio. Ahí supe lo que era estar destituido de la presencia de Dios y lo que el alma va a experimentar cuando sea echada al infierno
Yo sólo sentía dolor y miedo, sabiendo que mi Dios me había abandonado y que ya no había más tiempo, porque al parecer era demasiado tarde para mí.
Entonces comprendí muchas cosas de orden espiritual que jamás las había imaginado. Mientras caía en el vacío, me arrepentía por no haber hecho algo siquiera por mi vida espiritual. Nunca lo intenté. Sabía que era justo lo que me estaba pasando. Seguía cayendo y de momento me vino un gran deseo de clamar a Dios, no sabiendo donde él se encontraría.

Clamé con todo mi corazón y con toda mi alma con voz fuerte y decidida, con todas mis fuerzas; “¡Dios ten misericordia de mí! ¡Dios ten misericordia de mí!” Y después seguía gritando: “Por favor, Dios, ayúdame, no me eches delante de tí, dame una segunda oportunidad, yo te obedeceré y te serviré”, “mi Dios, yo te amo, no me dejes por favor, ayúdame, perdóname, perdóname, perdóname. No me dejes ir adonde voy”. Con llanto y miedo miré hacia abajo adonde iba cayendo y vi como que iba llegando a la tierra. No sabía qué me iría a pasar, adónde me llevarían, pues ahora todo dependía de Dios. Sabía que yo ya no tenía derecho de decir nada. En ese instante supe que mi alma iba al infierno.
Ya faltaba muy poco para llegar. Vi unas cosas como arbustos, matas, no se podía distinguir. Y yo decía “si llego a caer sobre esas cosas oscuras algo terrible me iba a pasar. Pero justo en ese momento, quedé suspendida en el aire y no caí como yo lo esperaba. En mi corazón seguía pensando en Dios y le seguía clamando misericordia. No supe cómo fui llevada hacia el interior de ese lugar que era como una especie de caverna gigante oscura. Allí sólo vi tierra seca y unas pequeñas luces que avanzaban hacia una ladera. Supe que una de esas luces era un familiar y que estaba allí porque también estaba descarriado y era desobediente al Señor. Me dio pena y quise ir a sacarlo, pero no pude. La lucesita seguía avanzando más y más hacia adentro de ese lugar y yo también pensé que iba a estar allí. Estaba mirando todo eso cuando salí de allí instantáneamente y me encontré en mi casa al anochecer.

Le dí las gracias a mi Señor porque me había perdonado y me había dado la segunda oportunidad. Ahora todo iba a depender de mí. Inmediatamente no fui corriendo para una iglesia, pero al cabo de un tiempo, el Señor mi Redentor vino él mismo a revelarse a mi y a sacarme de la vida hostil que tenía y cambió todo mi ser de una manera maravillosa. Porque esta vez yo le obedecí y me convertí verdaderamente a él para siempre.

Ahora sé que aunque yo un día me había entregado y había servido al Señor, mi salvación la había perdido. Pero mi Señor Jesús me la devolvió. Por eso hoy le sirvo con responsabilidad sabiendo lo mucho que vale esa salvación que un día nuestro Redentor nos regaló.
Y como él nos dice en Filipenses 2/12 “Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor”
“Porque él quiere que todos los hombres sean salvos” 1 Timoteo 2/14.
Y Hebreos 2/1 al 3 nos dice: “Por tanto es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos…


¿Cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande?”

Toda la gloria sea para el Señor Jesús.
Hna Noemy Reyes

1 comentario:

Esteban Torres dijo...

Yo no me explico cómo pueden pensar que alguien nacido de nuevo, el cual se le ha dado una nueva naturaleza, una nueva creación según Dios no según nosotros puede morir de nuevo espiritualmente, poderoso es Dios para levantar al que esta caído si ese hubiera sido tu caso, el problema que hoy en día hay muchas personas que son casi cristianos, pero no son realmente cristianos nacidos de nuevo, analizando la actitud que tenias de no congregarte demuestra realmente quien eras antes, lógicamente que Dios siendo un Dios de misericordia y sabiendo que tu camino era de perdición y que solamente te estabas engañando sola pretendiendo que con la condición en que te encontrabas te considerabas cristiana él se te revelo como lo hizo con Cornelio que todavía no tenía la salvación e igual como cuando le hablo a Nicodemo que este era un principal de la sinagoga que posiblemente creía que era más justo que a como vos te encontrabas porque por lo menos este se estaba congregando, pero nuestro Señor que no desea que nadie se pierda si no que todos vengan al arrepentimiento y se conviertan de verdad se te revelo no para decirte que tu salvación la habías perdido si no para mostrarte que la misericordia de Dios tienen un límite, y ese límite es cuando la persona se muere ya no hay mas esperanza, ya no hay mas oportunidad, por eso el se cruzo en tu vida nuevamente para que ahora si te entregaras de corazón no hipócritamente como lo hacías antes que posiblemente no te congregabas porque quizás no encontrabas la iglesia que cumpliera tus expectativa como cristiana o por la razón que sea no tiene justificación que un verdadero hijo de Dios se deje de congregar al menos que realmente solo demuestres que no eras una convertida genuina si no un simpatizante del evangelio como lo hay mucho hoy en día pero que realmente no son salvos y porque no les predican la verdad van camino al infierno creyendo que lo son, pero me alegro y la gloria y honra sea para él porqué ahora si entraste al redil.