La foto de familia pasará a la historia. Pese a las divergencias que asomaron horas antes del cónclave, los países ricos y emergentes han logrado difundir un mensaje de confianza y unidad. El premier británico Gordon Brown y anfitrión ha dejado entrever que la cumbre va más allá de una colección de resultados, ya que marca el inicio de un nuevo orden económico mundial. “Hemos acordado poner fin a los paraísos fiscales que no suministran la información que se les pide -explicaba-. El secreto bancario del pasado debe terminarse.” Entre otras conclusiones del G20 londinense figuran la de aumentar exponencialmente los recursos del FMI y la de encargar a una autoridad supranacional la supervisión del sistema financiero. “Los países del G20 -proseguía Brown-, han anunciado y se disponen a aplicar el mayor programa de reactivación que jamás haya existido. Vamos a realizar una expansión fiscal sin prededentes, ya que supondrá una inyección en nuestras economías de 5 billones de dólares.” Ese estimulo contribuirá a crear millones de puestos de trabajo en todo el mundo, al aumentar la producción mundial un 4%, dentro de un marco de desarrollo sostenible. El G20 vigilará los mercados financieros y en particular los “hedge funds” o fondos especulativos. La cumbre ha decidido también combatir el proteccionismo y dinamizar el comercio facilitando créditos a la exportación. Por último se contempla una mayor regulacion de las actividades bancarias, incluyendo los sobresueldos de los directivos.
El presidente de EU, Barack Obama, llegó hoy a Londres, la primera parada de su gira por Europa, en la que tratará de convencer de sus propuestas económicas al resto de los países en la cumbre del G-20, que se celebrará en esta capital.
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